Sin embargo, existió una fuerte confusión al no identificar a la quinua en todos los casos con la especie Chenopodium quinoa W. Los españoles por ejemplo, relacionaron siempre a la quinua con los bledos de la península Ibérica. Bernabé Cobo (1653) dice: “La quinua es una planta muy parecida a los bledos”. El bledo se describía en Europa como una planta anual de tallos rastreros de la familia de las Quenopiáceas y otro como Amarantásea, Amarantus blitum L. La confusión aparece cuando el eminente botánico Carolus Clusius en su Historia Rariorum Plantorum de 1601, presenta la primera ilustración de una especie que él denomina quinua pero que en realidad es una planta de Amarantus caudatus L.
Los pobladores andinos cultivaban, con casi la misma antigüedad que la quinua, dos especies de Amaranthus caudatus y Amaranthus mantentegazzianus en áreas muy semejantes, aunque estas especies no llegan a las alturas en que se cultiva la quinua.
El nombre que reciben estas Amaranthus es también el de "quinua". Incluso se ha encontrado últimamente en el área de Sella, Tarija, Bolivia, una especie de Amaranthus que tiene inflorescencia muy parecida a la Chenopodium. Esta recibe el nombre de "coimi", pero indistintamente se llama también "quinua".
El Inca Garcilazo de la Vega en sus famosos Comentarios Reales dice respecto a la quinua: "el segundo lugar de las mieses que se crían sobre la haz de la Tierra dan a lo que llaman "quinua" y en español "mijo" o arroz pequeño: porque en el grano y el color se asemejan en algo". Este historiador hace referencia a la prinera exportacion de granos de quinua al viejo mundo, que no lograron propagarse por "haber llegado muertos".
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